Si eres un amante de las infusiones, el té, encierra muchos secretos en su elaboración y su procedencia. Hoy vamos a conocer algunos de ellos.

Partimos de la base que el tema de los colores no tiene nada que ver con el color la planta. La Camellia sinensis es la especie de cuyas hojas y brotes se obtiene el té. Este arbusto de procedencia Asiática, hoy en día se cultiva en todo el mundo. Por supuesto, existen muchas variedades y algunas de ellas pueden alcanzar alturas considerables, pero eso solo como dato curioso. Vamos a lo que vamos.

La madre del cordero reside en la oxidación de las hojas. Esto pasa cuando la hoja, ya cortada, es sometida al contacto con el aire. Pero también, a la humedad o a la temperatura. Pero, vayamos por partes.

Uno de los tés mas reconocidos es el té blanco. Es el menos procesado de todos y se elabora con los brotes más altos, con las yemas y hojas más tiernas y nuevas de la planta. Aquí no hay ni oxidación ni fermentación. Por eso su sabor es tan puro y sutil a la vez.

En el caso del té verde, una vez las hojas se arrancan o cortan de la planta (que eso es otro tema) se dejan secar de forma natural. Hay quien las seca al sol, hay quien las pasa por un proceso de calor controlado. El tema es inactivar las enzimas que puedan provocar la oxidación. Debido a esto, su color es más verde pues la hoja prácticamente no sufre ningún cambio excepto la pérdida de humedad.

Al contrario de los anteriores, el té negro si pasa por un proceso de oxidación y es por ello por lo que tiene ese color oscuro propio de una hoja marchita y del proceso en donde la enzima polifenol oxidasa campa a sus anchas en medio de humedad, cierta temperatura y oxígeno.  Este es el más nervioso. Es el que más teína concentra y, por ende, el más estimulante.

Terminamos con el té rojo, en este caso está fermentado, con tiempos diferentes en los que se combina la maduración de las hojas y la fermentación quedando de un tono rojizo que le da nombre. No se si será por el color rojo o no, pero era el destinado a los emperadores.

¿Hay otros colores? Seguramente habréis leído que sí. El amarillo o el azul también existen, pero eso lo vamos a dejar para otro día. Mientras, podemos esperar plácidamente tomando una buena taza de té Ecoherbes.