El uso de la lavanda va mucho más allá de perfumar armarios y ropa, evitar la acción de polillas y ambientar el aire de habitaciones. En este artículo, te explicamos las propiedades sedantes y digestivas de la Lavándula angustifolia.

La lavanda es una mata leñosa y muy aromática, de hasta 50 cm de alto. Las hojas son alargadas, casi lineales, de color verde azulado. Tallos cuadrangulares, sobre los que brota una espiga densa de flores color malva. Es natural de los países mediterráneos.
La aromática lavanda, además de una planta indispensable en perfumería y cosmética, es uno de los mejores remedios naturales para combatir el exceso de nervios. Es a la vez sedante y digestiva. En infusión -recomendable hasta tres tazas al día- reduce la irritabilidad nerviosa, la ansiedad, el pánico y el insomnio. Alivia el dolor de cabeza y la migraña suave y puede ser de gran ayuda en estados iniciales de procesos depresivos. Levanta el ánimo y restaura la falta de energía provocada por cansancio y agotamiento nerviosos.
Es muy útil para contrarrestar las digestiones provocadas por estados nerviosos, calmar los espasmos gastrointestinales y el cólico, y para evitar la aparición de gases y flatulencias.
El aceite esencial de lavanda se utiliza como antiséptico y cicatrizante para lavar y desinfectar heridas en la piel, llagas, úlceras y quemaduras. También produce alivio en dolores musculares y es indicado para tratar el acné, la candidiasis, eccemas crónicos y como solución de urgencia contra la picadura de insectos.

lavandaCuriosidades e historia

El nombre de Lavanda deriva del vocablo latino lavare, en alusión a sus propiedades curativas y depurativas. Era costumbre en la antigüedad que las mujeres incluyeran ramos de lavanda en el agua para perfumar sus prendas.
En la Edad Media se empleó mucho para esparcir por el suelo de las casas e iglesias para aromatizarlas, desinfectarlas y protegerlas de la peste.